Los pinkies son los insectos congelados más utilizados. Si dejásemos elegir a los pájaros, seguro que optarían a menudo por este insecto. Se trata de un gusano con una piel suave y bastante sabroso.

Los pinkies son la larva de la mosca de verde.

El nombre pinkies viene de la palabra inglesa "pink" por su color rosado cuando se limpian antes de pasar a crisálida.

La mosca verde (Phaenicia sericata) es una mosca común.

Las cuatro fases de este insecto son: mosca, huevo, larva y crisálida.

Esta mosca es conocida por tener entre 10 y 14 mm de longitud y reconocerse por su color dorado o azul verdoso metalizado con marcas negras en la parte posterior. Especialmente como larva (gusano), la mosca verde se alimenta de carne de animales  muertos.

Esta capacidad de la larva de comer carne también se utiliza para personas con heridas de difícil curación. Se colocan varias larvas sobre la piel y la larva se come la carne en putrefacción (terapia de desbridamiento por larvas).

Por eso no aconsejamos alimentar a los animales con pinkies vivos. Si la larva no está muerta podría ocasionar daños internos en el pico de los pájaros jóvenes, como perforación de pico.


Antes de poder procesar los pinkies en nuestras plantas, es necesario que estén completamente limpios. En otras palabras: la comida que se utilizó para la larva ya no podrá estar presente en su cuerpo. Este proceso se lleva a cabo de forma natural; y es que en la naturaleza, la larva deja de comer cuando llega el momento de pasar a crisálida. Al final todo se trata del momento y la organización perfectos.

Gracias al proceso de cocción y congelación rápido en nuestra planta, podemos eliminar todas las bacterias de los pinkies y hacerlos virtualmente estériles. La fracción restante de bacterias y hongos está muy por debajo de los estándares que se aplican a los alimentos para consumo humano y animal. Esto se verifica de forma frecuente a través de análisis. El doble proceso hace que los pinkies sean también más digestibles para los animales.